La primera estrella polar – Thuban
La Estrella polar es aquella estrella más próxima al eje de rotación de la tierra, aunque se la conoce más comúnmente como la más próxima al polo norte. La primera estrella a la que se hace referencia en la historia con este título es a Thuban, la estrella Alfa Draconis, de la constelación del Dragón.
Debido a la precesión de los equinoccios, el eje de rotación de la tierra va variando ligeramente. Esto quiere decir que el movimiento del eje del polo norte se desplaza de manera muy lenta a lo largo de los años, y que cada cientos o miles de años, la estrella más próxima a este eje pueda variar. Actualmente, la estrella polar es Polaris, de la constelación de la Osa menor.
Thuban proviene del árabe (Th’uban, “la cabeza de la serpiente”). Este era el nombre que le daban los árabes a la constelación del Dragón, pero a esta estrella, la teoría más correcta hace pensar que llamaban Adib (Al Dhi’bah, «la hiena»).
Hace 4.800 años Thuban fue la Estrella polar, esto se mantuvo hasta el 1.900 A.C. donde la constelación de la Osa menor empezó a ser considerada la constelación de la estrella polar, aunque en este primer momento no fue por Polaris, sino por Kochab. Durante su etapa como Estrella polar, se cree que algunas pirámides egipcias como la de Keops se construyeron de forma orientada hacia la posición en la que esta estrella se encontraba en el firmamento.
Dentro de la mitología griega, la constelación del Dragón, está ligada al héroe griego Hércules, hijo de Zeus. Según cuenta la leyenda, al héroe se le encargo la tarea de conseguir las manzanas del árbol de Gaia, donde había un dragón de cien cabezas protegiéndolo llamado Ladón. Hércules se deshizo del dragón para completar la tarea, pero Hera ascendió los restos de este al cielo como muestra de su lealtad para proteger el árbol y lo convirtió en la constelación del Dragón. Otra versión cuenta que esta constelación tiene la forma que Zeus tomó como serpiente para escapar de su padre, Crono (no confundir con Chronos).
En el punto de vista astronómico, no hay que caer en la equivocación de considerar la propia estrella polar como la más importante o brillante del firmamento, su nombre viene por su posición, no por su brillo. Pese a que tanto Thuban, como Polaris son estrellas de denominación de bayer “Alfa”. De hecho la propia Thuban no es ni la estrella más brillante de su propia constelación del Dragón. La constelación de la Osa mayor es más brillante que la constelación de estrella polar (La Osa menor) y es la que se suele tomar como guía para encontrar a esta en el firmamento, ya que su posición es relativamente próxima.
Como se ve, nuestra guía hacia el norte no siempre ha sido un “carro” como se conoce actualmente a la constelación donde se encuentra la estrella polar, sino que antes era nada más y nada menos que un dragón el que hacía de guía en el firmamento. Al final como con Ofiuco, cada estrella y constelación, tienen una historia, y un espacio en la mitología griega que nos habla de ella. Y desde aquí seguiremos hablando también de ellas. Por qué este tipo de historias curiosas, son las que nos hacen seguir escribiendo cada día.
Sendas del Viento. Historias y personajes que pudiste oír, pero nunca llegaste a escuchar.
Foto Flickr |Marcela Escandell