Hablar de Vincent van Gogh no es hablar de un pintor cualquiera. Pocas personas no habrán oído de hablar de cuadros como: la noche estrellada, o los girasoles. O al menos los habrán visto de una forma u otra.
O quizás lo conocen por el famoso hecho de que le faltará un trozo de oreja.
Pero lo que quizás poca gente conozca, es que una de sus grandes obras, como es la de los girasoles, no es en realidad un único cuadro, sino que es una serie de siete cuadros de girasoles.
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Los girasoles de Van Gogh
Van Gogh empezó a pintar Girasoles cuando estaba ya en Francia. El primero en percatarse de estos cuadros fue el también pintor, el Francés Paul Gauguin. Su relación fue de todo menos sencilla, podríamos incluso llamarla de admiración por parte de Van Gogh. Ya que por aquel entonces Gauguin era un afamado y conocido pintor de la época en Francia.
Dos de esta serie de obras de los girasoles fueron regalada a Gaugin.
Eran un estudio previo, y no contaban con uno de los elementos más característico de la obra, el jarrón.
Tiempos después, Van Gogh se trasladó a Arles, donde deseaba crear una hermandad de pintores, y que esta fuera liderada por Gauguin. Para impresionarle decidió pintar sin parar una serie de cuadros de girasoles, tal escribió a hermano Theo, en una de las casi 800 cartas que Vicente que escribió a este.
Durante este periodo de tiempo, pinto algunas otras grandes obras como “La habitación de Arles” o “La casa amarilla”. Así como el célebre retrato de Joseph Roulin. Pero también pinto las otras 4 versiones del cuadro de los girasoles, haciendo así un total de 5 obras. A las que posteriormente, se sumarían dos más con tres y cinco girasoles, esta última destruida por el fuego en la Segunda Guerra Mundial.
Pero por desgracia, la historia con Gauguin no terminó bien.
Pese a que este acudió finalmente a Arles (debido al dinero que Theo le ofreció para pasar allí una temporada. El fuerte temperamento de ambos termino en lucha. Y termino con el ya famoso hecho en el que Vicent Van Gogh se cortó su propia oreja.
Tras esto, la vida y obra del autor fueron en declive. Consumido por su pelea con Gauguin. Hasta el día de su muerte, en el que Girasoles fueron lanzados sobre su ataúd.
Vicent falleció sin ningún tipo de fama, y su hermano Theo lo hizo seis meses después. Y solo fue gracias a la viuda de este último Johanna Van Gogh, quien comenzó a con mucho esfuerzo y tesón, hacer conocida la obra de Vicent, con las casi más de 2000 obras que su hermano Theo conservaba de él, y que este le había ido enviando a lo largo de su vida.
Entre esas 2.000, estaban los girasoles.
Simbolismo de los girasoles
El representar girasoles en sus obras, no fue para nada una casualidad. Estaban cargados de simbolismo por varios motivos.
El primero de ellos es el más evidente. Los girasoles tienen una enorme tradición en su país de origen, Holanda. Representan las almas que siguen la de Cristo, debido a cómo siguen la luz del sol.
Por otra parte, la sinestesia. El autor empleaba el color amarillo para representar su mundo interior. Y para él los colores era su expresión de las emociones y las sensaciones.
Los 7 cuadros de los girasoles de Van Gogh
Jarrón con catorce girasoles de la National Gallery de Londres
Jarrón con catorce girasoles del Museo Van Gogh
Jarrón con catorce girasoles del Museo de arte de Tokio
Jarrón con doce girasoles del Museo Neue Pinakothek de Múnich
Jarrón con doce girasoles del Museo de Arte de Filadelfia
Jarrón con tres girasoles de una colección privada
Jarrón con cinco girasoles destruido en la Segunda Guerra Mundial por el fuego
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