El Ángel Ithuriel

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El angel Ithuriel

El nombre de este ángel sonará a muchas personas seguidores de la Saga de Cazadores de Sombras. El Ángel Ithuriel, sin embargo, es algo más que el personaje de libro.

Su papel como ángel está muy presente dentro de una disciplina de pensamiento muy conocida, la cábala. Ya que es uno de los tres sarim (príncipes) de los santos Sefirot, y que están bajo la etnarquía del Ángel Sefirot.

Su figura aparece mencionada durante el siglo XVI por Isaac ha-Cohen y Moses ben Jacob Cordovero.  Y posteriormente en grimorios como La clave de Salomón, atribuido al propio Rey Salomón.

La Lanza de Ithuriel

Sin embargo, la referencia más destacada a este Ángel aparece en la obra de John Milton, en su poema Paraíso perdido.

En ella Ithuriel es un Querubín quien junto al ángel Zephon es enviado por el Arcángel Gabriel para localizar a Satánas – Haciendo un inciso, es interesante comentar, que Gabriel, es el quinto sefirot del Árbol de la Vida, dentro del Cábala –

Satanás es encontrando en el Jardín del Edén, agachado como una rana, cerca del oido de Eva. Cuando Ithuriel toca con su lanza a Satanás, este recupera su forma, y se pone en pie.

Este preciso pasaje es ilustrado por William Hayley en sus obras de Milton. Y es representada en forma de cuadro por Evelyn de Morgan.

Ithuriel en la cultura popular

Más allá de su papel como ángel, Ithuriel ha sido multitud de veces mencionado dentro de la cultura popular en numerosas obras, películas, series e incluso leyendas. Algo curioso siendo un ángel sin apenas trascendía real en la jerarquía de los ángeles.

¿Quizás hay algo más de este ángel que desconozcamos? Es un misterio…

Precisamente, debido al pasaje en el que descubre a Satán en el jardín del Edén, y le toca con su lanza, surgieron diversas citas y referencias a su persona.

John Adams, hace referencia a ello en sus Discursos sobre Dávila. Mientras que JS Morrill, en la cámara de Representantes de estados Unidos, hizo también referencia a este pasaje:

Spurious dogmas will be touched lightly with the spear of Ithuriel, and no longer squat around the ears of weary ploughmen.
Los dogmas espurios, serán tocados ligeramente con la lanza de Ithuriel, para que ya no estén agachados alrededor de las orejas de los hombres aburridos.

También es mencionado por el gran poeta Rudyard Kupling, en su obra La hora del Ángel. Refiriéndose precisamente a la hora del Ángel, como la hora final o del juicio, a la que llama como “La hora de Ithuriel”

Sooner or late–in earnest or in jest–

(But the stakes are no jest) Ithuriel’s Hour

Will spring on us, for the first time, the test

Of our sole unbacked competence and power

Up to the limit of our years and dower

Of judgment–or beyond. But here we have

Prepared long since our garland or our grave.

For, at that hour, the sum of all our past,

Act, habit, thought, and passion, shall be cast

In one addition, be it more or less,

And as that reading runs so shall we do;

Meeting, astounded, victory at the last,

Or, first and last, our own unworthiness.

And none can change us though they die to save!

The hour of the Angel

Otro gran autor de la literatura como fue Víctor Hugo, también hizo referencias a Ithuriel en sus obras, como por ejemplo en Oiseaux Enfant, donde escribe:

Colibri, comme Ithuriel, appartient à la zone bleue

No solo en la literatura, en artes más modernas como el comic o la televisión, ha aparecido en la ya citada con anterioridad Cazadores de Sombras, pero también aparece su lanza representada en el cómic de Watchmen.

En definitiva, poco parece ser su legado y su historia como ángel, pero ha sido mencionado en multitud de obras y de algunos de los más grandes autores. Por lo que su historia, no podía dejar de ser contada, dentro de estas sendas.

Sendas del Viento.  Historias y personajes que pudiste oír, pero nunca llegaste a escuchar.

Categoría:
  Mitología
Sobre el autor

Francisco José Guerra

Ingeniero informático de formación, pero SEO de profesión. Desde pequeño, cada curiosidad o historia que me llamaba la atención, fue haciéndose un hueco en mi cabeza. Y aquí es donde las dejo por escrito.

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