Argumento ad verecundiam - Sendas del viento

Argumento ad verecundiam

El argumento ad verecundiam, también conocido como argumento de autoridad, es una falacia lógica que se da cuando alguien apoya su afirmación basándose únicamente en la autoridad de una persona o institución, sin aportar evidencias suficientes.

Este tipo de argumento es uno de los más comunes en debates y conversaciones cotidianas, especialmente cuando se habla de temas especializados o complejos.

¿Qué es el argumento ad verecundiam?

En su esencia, el argumento ad verecundiam consiste en sostener que algo es verdadero porque una persona, que supuestamente tiene autoridad en el tema, lo ha dicho.

Sin embargo, aunque puede parecer lógico en primera instancia, este razonamiento es falaz si no se justifica con pruebas o datos que respalden la afirmación.

No todas las afirmaciones hechas por una autoridad son correctas o aplicables en todas las circunstancias.

Ejemplos comunes del argumento de autoridad

Imaginemos que un médico, con años de experiencia, afirma que un tratamiento es eficaz, pero no proporciona ninguna evidencia científica que lo respalde. En este caso, basar la validez del tratamiento únicamente en la palabra del médico sería un argumento ad verecundiam.

Del mismo modo, si un político cita a un experto para defender una política, pero el experto no tiene un conocimiento real del contexto en cuestión, también estaríamos ante esta falacia.

¿Por qué es una falacia?

La autoridad, por muy respetada que sea, puede equivocarse. Un ejemplo clásico es Galileo Galilei, quien desafió a la autoridad científica y religiosa de su tiempo al afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol, contradiciendo la opinión mayoritaria. Si la verdad se decidiera únicamente por la autoridad, el conocimiento nunca avanzaría.

Tipos de argumento de autoridad

  1. Autoridad no calificada: Se da cuando la autoridad citada no tiene conocimientos suficientes en el tema discutido. Por ejemplo, un famoso actor hablando sobre medicina.
  2. Autoridad fuera de contexto: Aquí, la autoridad es citada fuera de su campo de especialización. Es común cuando un experto en un campo se pronuncia sobre otro completamente distinto, como un economista opinando sobre física cuántica.

La importancia de verificar las fuentes

No basta con aceptar la opinión de una autoridad sin cuestionarla. Es crucial verificar las fuentes de información, consultar estudios o pruebas que respalden las afirmaciones hechas por dicha autoridad. Solo así se puede construir un argumento sólido y fundamentado. De lo contrario, corremos el riesgo de caer en el error de aceptar algo como verdadero sin una base real.

¿Cómo evitar caer en un ad verecundiam?

  1. Pregunta por evidencias: No te quedes solo con la opinión de una autoridad, solicita pruebas o estudios que la respalden.
  2. Revisa si la autoridad está hablando desde su área de conocimiento. No todos los expertos son igualmente fiables en todas las áreas.

Este tipo de análisis lógico es relevante en debates y discusiones filosóficas, científicas y políticas, donde a menudo se invocan nombres de expertos para defender posturas, incluso cuando esos expertos no son especialistas en la materia.

Relación con otras falacias

El argumento ad verecundiam está estrechamente relacionado con otras falacias como la apelación a la tradición (algo es correcto porque siempre ha sido así) y la apelación a la mayoría (algo es correcto porque mucha gente lo cree). En todas estas falacias, el error radica en asumir que una afirmación es cierta sin examinar los fundamentos que la respaldan.

 

En conclusión, el argumento ad verecundiam es una esas frases del latín que no se olvidan y que mantienen muy fresca su vigencia.

Y puede parecer convincente, pero es fundamental recordar que la autoridad no es garantía de verdad. Debemos cuestionar, indagar y, sobre todo, buscar evidencias que respalden las afirmaciones, independientemente de quién las haga.

Así, evitaremos caer en errores lógicos que puedan afectar la calidad de nuestras decisiones y conclusiones.

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