Virtudes de los 7 pecados capitales

Los pecados capitales y sus virtudes

En esta segunda parte de Los 7 pecados capitales, lo primero que se debe realizar, es hablar de lo que podríamos decir el némesis de cada uno de sus pecados, o más concretamente, la virtud que los combate. Otro aspecto importante del que hablar de los pecados capitales, son sus demonios asociados. Al ser elementos de tanta importancia dentro del cristianismo, no están asociados precisamente a demonios pequeños, encontrándose el propio Lucifer, como uno de ellos

Y para terminar, ¿Cómo se representan los pecados capitales? En el arte, el cine, la literatura, televisión animación, etc. Día a día surgen nuevas representaciones en cada parte del mundo, pero nunca está de más nombrar algunas de ellas.

Las virtudes de los pecados capitales

Para contrarrestar este tipo de pecados, existen una serie virtudes, que son la facultad de controlar y superar lo que haría al ser humano caer en el pecado. Cada uno de los siete pecados capitales, tiene una virtud asociada a él en contraposición.

  • Castidad: La virtud sobre la lujuria. El control sobre el deseo sexual.
  • Templanza: La virtud sobre la gula. Mantener el control sobre que se consume o se ingiere.
  • Generosidad: La virtud sobre la avaricia. Compartir con el resto de seres humanos las pertenencias (riquezas) que uno posee.
  • Diligencia: La virtud sobre la pereza. La predisposición al trabajo y al cumplimiento de las obligaciones que una persona pueda tener o autorealizar.
  • Paciencia: La virtud sobre la Ira. Mantener la calma en momentos de tensión y no dejarse llevar por el odio, ni sentimientos de venganza sea cual sea la situación.
  • Caridad: La virtud sobre la envidia. El sacrificio material propio en post del bienestar de otra persona distinta, en cualquier aspecto.
  • Humildad: La virtud sobre la soberbia (o el orgullo). Es la cualidad de no buscar la admiración en los demás y considerarse a uno mismo como autosuficiente.

Los demonios de los pecados capitales

Si son siete los pecados capitales, otros siete son los demonios que se asocian a dichos pecados. La asociación entre demonios y pecados, no fue realizada hasta 1589 por el obispo alemán Peter Binsfeld, basándose en los actos y referencias de cada uno de los demonios, el asocio al que debía ser su pecado correspondiente.

  • Asmodeo, el demonio de la lujuria. Un demonio que mata a cada hombre que se acerca a su amada antes de contraer matrimonio, y que es vencido por Tobías con la ayuda del arcángel Rafael.
  • Belcebú, el demonio de la gula. Deriva de “Ba’al Zvuv” que significa el señor de las moscas. Era un término utilizado por los hebreos hacia los adoradores de Baal porque estos ofrecían carne como sacrificio y la dejaban pudrir lo que hacía que el templo se infestara de moscas por la carne en descomposición.
  • Mammon, el demonio de la avaricia. Hijo de lucifer y príncipe del infierno. En la biblia suele ser referido como la forma misma de la riqueza y suele ser traducido como la propia palabra de dinero dentro de la misma.
  • Belfegor, el demonio de la pereza. Enviado a la tierra para comprobar si los humanos podían vivir en armonía o no. Comprobó que este hecho era imposible y que los humanos no estaban destinados a ello. Ayuda a las personas a crear invenciones y fue designado como tal porque dichas se derivan principalmente de la pereza.
  • Amon, el demonio de la ira. También llamado el ángel de la muerte, su nombre significa “Aquel que induce a la ira y asesinado”. Controla aquellos que han realizado un pacto con Satán, y envía a una de sus cuarenta legiones a su mando a cada uno de los pactos.
  • Leviatán, el demonio de la envidia. La bestia marina de satán y asociada a la serpiente. Era el encargado dentro del infierno, de encargarse de aquellos que eran castigados por la envidia y enviados allí.
  • Lucifer, el demonio de la soberbia. El señor del infierno y que se terminaría conociendo como satán o satanás. Originalmente Lucifer era un Arcángel del cielo, e hijo del propio Dios pero se revelo contra su padre queriendo ser como él y fue desterrado al considerándose el primero de los ángeles caídos. Su nombre en latín significa “el portador de la luz”, tras su destierro lo cambio por satanás que significa “adversario”). Su soberbia desato una guerra en el cielo, en la que casi una tercera parte de los ángeles caerían desterrados junto a él.

El arte y la cultura entorno al pecado capital

Existen multitud de referencias en la cultura antigua y moderna en la que se cita o aparecen los pecados capitales representados. Textos escritos, obras de arte, personajes de ficción o representaciones de los mismos.

Si hablamos del arte y la pintura, es de obligada referencia la citación del cuadro “La Mesa de los pecados capitales, de Jheronimus Bosch, más conocido como el bosco. Representa con detalle cada uno de los 7 pecados capitales en cada una de las secciones en las que se encuentra dividida la zona circular central del cuadro. Mientras que en los laterales se encuentran representadas las postrimerías: La muerte, el juicio, el infierno, y la gloria.

La mesa de los pecados capitales
La mesa de los pecados capitales

Otra representación, son los grabados de “Los siete pecados capitales” de Pieter Brueghel el viejo. Influenciado por la propia obra de “La mesa de los pecados capitales”. En ella el autor reflexiona sobre los vicios que acechan a los seres humanos, mediante paisajes y elementos de fantasía. Cada uno de los pecados dentro de los grabados es representado con un animal. A su vez cada grabado presenta una breve descripción en la parte inferior del mismo.

Una de las apariciones más importantes de los pecados es la que se produce dentro de la obra de Dante Alighieri en “La Divina Comedia”. Dentro de ella, el autor divide el purgatorio en 7 círculos y por cada uno de los distintos pecados capitales, los penitentes reciben un castigo distinto.

  1. Primer círculo: Orgullo
  2. Segundo circulo: Envidia
  3. Tercer circulo: Iracundos
  4. Cuatro circulo: Pereza
  5. Quinto circulo: Avaros y pródigos
  6. Sexto circulo: Gula
  7. Séptimo circulo: Lujuria

Para el teatro tampoco ha pasado desaperciba la figura de los vicios más importante del ser humano. Pedro calderón de la barca, fue uno de los mayores representantes de esto dentro su obra de teatro religiosa del, auto sacramental.

Si avanzamos en el tiempo, se pueden encontrar nuevas representaciones de estas figuras dentro de la televisión. Dentro de la serie de animación Full metal Alchemist se puede encontrar la figura de los homúnculos. Estos personajes son producto del mayor pecado dentro de la misma, la transmutación humana. El resultado fallido de esta son los homúnculos, creando 7 de estos personajes, cada uno con el nombre de un pecado capital.

En otra serie llamada The Seven Deadly Sins, en este caso la figura de los pecados no son figuras negativas dentro de la misma, sino protagonistas. Probablemente este es un caso aislado donde no se representa a este tipo de vicio como algo negativo, sino al contrario. Cada uno de los integrantes del grupo protagonista de “Los siete pecados capitales”, representa a uno de los pecados, siendo el de la ira el principal protagonista.

Analizando uno por uno todos los pecados dentro del arte y la cultura, las referencias serian probablemente incontables. Distintos autores y pintores de épocas diversas se han basado en este tipo de aspectos del ser humano para crear sus obras o sus textos, y muchos son los que quedan aún por venir.

Conclusión

Está es una historia, que está lejos de terminar, día a día, hora a hora, segundo a segundo, miles son las situaciones en los que dichos pecados forman parte del momento presente en distintas partes del mundo, de China, hasta Europa, las islas más recónditas del mundo, o los lugares más fríos de la tierra. El pecado siempre está presente, aunque su justicia es algo irónica, ya que pese a sacar lo peor del ser humano, se presentan ante todos por igual, sin excepciones, sin ricos ni pobres, poderosos o débiles, pues nadie está libre de pecado.

Sendas del Viento.  Historias y personajes que pudiste oír, pero nunca llegaste a escuchar.