Jörmundgander
Dentro de la mitología nórdica, Jörmundgander, también conocido como Jörmungandr, o “Serpiente de Midgard”, es una criatura mitológica con forma de serpiente gigante que nació de la unión de Loki, el dios de las travesuras, con la gigante Angrboda. Junto a él, nacieron también Fenrir, el lobo que terminaría con vida de Odín, y Hela, la diosa del reino de los muertos.
Su nombre de Jörmundgander, proviene de dos términos:
- Jörmun, que significa grande y proviene del sajón antiguo “Irmin”
- Gandr o ganðr, que proviene del inglés “wand” o bastón. Usado para describir objetos mágicos con forma de vara
Es por ello que se lo conoce también como “El gran bastón”, por su figura imponente y firme que parecía una vara cuando estaba totalmente estirada y rodeando la tierra, y su increíble poder.
Por otra, el nombre de “Serpiente de Midgard” tiene origen en el lugar donde el dios Odín le desterró. Conocedor de la profecía (que daría lugar al Ragnarök) que presagiaba el final de los dioses, Odín lanzo a Jörmundgander al más profundo de los océanos en Midgard (el mundo de los hombres), donde este alcanzo un tamaño tal que era capaz de, mordiéndose la cola, rodear todo Midgard.
Pero su destino ya estaba escrito, y ningún destierro, ni condena, podrían impedirle de cumplir su cometido. ¿Su enemigo? El mismísimo dios Thor.
El mito Jörmundgander – La serpiente de la mitología nórdica
La historia de esta serpiente, está reflejada dentro de escritos muy importantes en la mitología nórdica. La Edda prosaica, el poema escáldico Húsdrápa, y los poemas éddicos de Hymiskviða y Völuspá.
El reto de Útgarða-Loki
Dentro de la Edda prosaica, en uno de los múltiples viajes que realizo Loki fuera de Asgard, fueran por diversión o para escapar de los dioses por una temporada, el dios Thor se le unió como compañero de viaje. Durante el mismo llegaron a los dominios del rey gigante Útgarða-Loki, que les propuso una serie pruebas para divertirse, y probar hasta donde eran capaces de llegar los dioses, y la superioridad de los gigantes ante estos.
En una de las pruebas, propuso a Thor, si era capaz de cargar a un gato. Este era el mismo Jörmundgander que había sido convertido en gato. El dios no pudo levantarlo, pero sí que consiguió levantar una de sus cuatro patas, lo que se considera uno de los actos más impresionantes realizados por un dios.
La pesca de Thor
Este mito es repetido tanto en el Húsdrápa, como en el Hymiskviða. En el mito, Thor junto con Hymer, el padre del dios de la guerra Tyr, salieron a pescar. Estos se aventuraron por los mares más profundos de Midgard, hasta llegar donde habitaba la serpiente Jörmundgander. Esta pico el anzuelo lanzado por Thor, el cual intento capturarla, mientras esta no paraba de lanzar veneno al mar, enfurecida ante el dios que intentaba sacarla.
Hymer, al ver como se desarrollaban los acontecimientos, entro en pánico y corto el sedal de la caña, dejando escapar a la serpiente. Tras esto volvieron al palacio de Hymer, y le entrego a Thor una gran caldera, como prueba de su fuerza.
Ragnarök
Y el momento de la profecía llego, y el Ragnarök se convirtió en realidad, tal y como está escrito en el Völuspá. Mientras que Odín combate contra su hermano Fenrir, Jörmundgander se enfrentará a Thor. Y ambas batallas terminarán con un mismo resultado, la muerte de todos ellos.
Pese a que Thor logra acabar con la serpiente gigante, su veneno terminará con su vida, y tras caminar exactamente 9 pasos después de matarla, el dios del trueno, caería muerto.
Dioses, gigantes, o criaturas mitológicas, pocas cosas existen dentro de la mitología nórdica, de las que no mereciera la pena contar su historia. Amor, odio, venganza, retos, aventuras, traición, y todo cuanto el ser humano es capaz de imaginar, ha tenido cabida en esta mitología escandinava. Una mitología tan rica en prosa y poesía, que casi 1000 años después de su origen, aún seguimos disfrutando, y maravillándonos con ella día a día. Y los muchos que quedan aún por delante…
Sendas del Viento. Historias y personajes que pudiste oír, pero nunca llegaste a escuchar.
