Los Shinsengumi. Protectores del Shogun
Muchas historias se han leído de los Shinsengumi, este grupo de samuráis de Japón, los cuales conformaban una fuerza de policía en defensa del Shogun, durante el último periodo del shogunato y que termino en el periodo de la Restauración Meiji.
Orígenes del Shinsengumi
Durante el 1863 y tras algunas amenazas hacía Japón por parte americana y luchas de poder internas en el país, un grupo de samuráis sin señor (rōnin), fundados por Kiyokawa Hachirō, decidieron actuar en defensa del entonces Shogun, Tokugawa Iemochi. Este grupo se conocería como Roshigumi, y fue el predecesor directo de los Shinsengumi.
En esa misma época Kondō Isami, quien estaba al cargo del dojo Shiekian (del estilo Tennen Rishin-ryū), tras recibir noticias de los disturbios que ocurrían en Kioto, marcho con un grupo de alumnos suyos para ayudar. Entre estos alumnos destacaban Hijikata y Yamanami, futuros vicecomandantes del Shinsengumi y también Inoue, Harada, Nagakura, Okita (el más joven de solo 9 años) y que llegaron a capitanes.
Pero pasado el tiempo, y al percatarse que el verdadero motivo del Roshigumi era unificar a los rōnin para trabajar con los imperialistas utilizando los recursos de shogun, trece miembros desertaron, capitaneados por Kondō, y formaron lo que se conocería como el Shinsengumi.
Miembros del Shinsengumi
Algunos de los miembros más conocidos (y mejores guerreros) de este grupo, no fueron sin embargo, del grupo original, sino que serían Okita Sōji (Capitán de la primera división), Nagakura Shinpachi Noriyuki (Capitán de la segunda división) y Saitō Hajime (Capitán de la tercera división). Actualmente, en gran parte en la cultura popular, al hablar de los Shinsengumi se nombra de forma más notoria a tres estas personas, incluso por encima del propio comandante Kondō, un ejemplo sería el del Manga Ruroni Kenshin, donde se habla mucho de Saitō, Okita e incluso de Hijikata, pero no de su comandante.
Por lo que al propio grupo se refiere, sus miembros también eran conocidos como “Miburō” (rōnin de Mibu, la aldea donde se asentaron), aunque en la actualidad el término con el que se les conoce es “Los lobos de Mibu”, por su servicio al shogunato y que al final mismo periodo su fama empeoro notablemente al extenderse el sentimiento entre la población que luchaba por la igualdad de clases en contra de un Shogun. Si nos basamos en el sentido literal del término Shinsengumi por sí mismo, significa Cuerpo de selección nueva. (Shisen: Nuevo elegido, y Gumi: Grupo).
Código del Shinsengumi
Si algo cabe destacar de este grupo, más allá de sus acciones y convicciones políticas, son sus estrictas normas de comportamiento. Cualquier infracción de estas era castigada con el suicidio (seppuku). Se cree que fueron escritas por el vice-comandante del grupo, Hijikata:
- Los miembros se rigen por el código del guerrero, y se debe cumplir el Bushido.
- Una vez dentro, no se puede abandonar el Shinsengumi.
- No se puedeahorrar dinero por cuenta propia ajenos a la patrulla.
- No se puede intervenir en asuntos de terceros ajenos a la patrulla.
- No se puede luchar por causas personales, ofensas o actuar por cuenta propia.
A estas reglas se fueron añadiendo otras en función de los acontecimientos, como la de no permitir un enemigo huyera de la batalla o que lo samuráis tuvieran que seguir luchando incluso tras la muerte del comandante.
Enfrentamientos emblemáticos
Uno de los episodios más famosos en los que el Shinsengumi mostró su poder y determinación fue el Incidente de Ikedaya en 1864. La noche del 8 de julio, la organización descubrió un complot de grupos leales al emperador que planeaban incendiar Kyoto y asesinar a altos funcionarios del shogunato. En una arriesgada redada en la posada Ikedaya, liderada por Kondo y Hijikata, el Shinsengumi atacó y desmanteló la conspiración. Aunque el enfrentamiento fue brutal, el Shinsengumi logró su cometido, y su reputación como protectores del shogun se consolidó. La redada en Ikedaya se convirtió en una hazaña heroica que los puso en el centro de atención nacional.
Este éxito, sin embargo, intensificó los conflictos con los grupos anti-shogun y aumentó el peligro en las calles. El Shinsengumi se vio envuelto en varios combates, incluyendo escaramuzas con los rebeldes en Kyoto y sus alrededores. Con cada victoria, el grupo ganaba fama, pero también enemigos, lo que finalmente los llevaría al borde de la destrucción.
El fin del Shinsengumi
La batalla de Toba-Fushimi
El desenlace del Shinsengumi llegó con la Batalla de Toba-Fushimi en 1868, un punto de inflexión en la guerra Boshin. Para entonces, las fuerzas imperiales, que apoyaban la restauración del emperador y el fin del shogunato, eran superiores tanto en número como en armamento, ya que habían adoptado tecnologías occidentales avanzadas. En esta batalla, que tuvo lugar en las afueras de Kyoto, el Shinsengumi luchó al lado de las tropas del shogunato, pero se encontró en gran desventaja. Las fuerzas imperiales infligieron una derrota devastadora a las tropas shogunales, y la mayoría de los miembros del Shinsengumi fueron abatidos o forzados a retirarse.
El liderazgo del Shinsengumi también sufrió golpes irreparables durante esta campaña. Kondo Isami fue capturado por las fuerzas imperiales y ejecutado poco después, mientras que Hijikata Toshizo lideró a los miembros restantes en una retirada hacia el norte, donde continuaron luchando en nombre del shogunato. Sin embargo, su resistencia fue en vano; las fuerzas imperiales finalmente aplastaron los últimos focos de oposición, y el Shinsengumi se desintegró con la caída del shogunato y la consolidación del nuevo gobierno Meiji.
Declive y disolución del Shinsengumi
Con la muerte de sus líderes y la derrota definitiva del shogunato, el Shinsengumi dejó de existir como organización. Sin embargo, su legado continuó.
En 1869 con la muerte de Hijikata, quien había sucedido unos años antes a Kondō, se dio por finalizado el grupo Shinsengumi. Por esa época ya se estaba en pleno periodo de Restauración Meiji. Algunos miembros como Nagakura Shinpachi Noriyuki y Saitō Hajime sobrevivieron al final del grupo.
En la transición de Japón hacia un estado modernizado, los valores y principios que el Shinsengumi defendió fueron idealizados, y sus historias se convirtieron en leyendas.
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